Qué es eso de ser coach y por qué es el modelo de liderazgo del siglo XXI
Motivar, enseñar e influir son palabras claves relacionadas con el mundo del coaching. Pero, ¿qué es coaching?
El término coaching cada vez es más común en ambientes profesionales, especialmente por ser una disciplina que está entre las relaciones humanas y corporativas.
Traducido del inglés, coaching significa entrenamiento; es decir, al referirnos a esta rama del liderazgo, nos encontramos con formaciones centradas en la motivación y el emprendimiento, tanto empresarial como personal.
Para la ICF (International Coaching Federation), “el coaching es una relación profesional que permite a los clientes alcanzar cambios y resultados satisfactorios en su vida profesional y personal”; es decir, esta disciplina está íntimamente relacionada con los deseos de superación y transformación profesional.
De acuerdo con la Certificación Internacional Coaching Profesional de FICEO –Federación Internacional de Consultores y Entrenadores Organizacionales– el coaching consiste en el desarrollo profesional de conversaciones con propósito que posibilitan un estado constante de consciencia impactando, de manera excepcional, las habilidades y los resultados en la vida de las personas. El coaching actúa como un proceso de cualificación que impulsa la transformación en el ser, el saber y hacer.
¿Qué significa hablar de coaching?
Cuando hablamos de coaching, también nos referimos a quien lo ejerce: el coach.
Un coach es una buena opción cuando te sientes bien, pero estás estancado y no sabes cómo conseguir tus objetivos, por ejemplo. De cierta forma un coach tiene muchas de las habilidades que practican los psicólogos.
¿Quién puede ser un coach?
La profesión de coaching la ejerce el coach, que ha de pasar por un proceso de formación y prácticas que lo validen y lo conviertan en un profesional del coaching. El coach es una persona que se ha formado para motivar y enseñar técnicas que ayuden a alcanzar las metas que se quieren conseguir.
¿Qué ventajas tiene el coaching?
El coaching ha demostrado tener una variedad importante de ventajas que permiten un mejor desempeño profesional, al igual que ofrece habilidades para una mayor resiliencia en el ámbito personal. ¿Pero qué otras ventajas tiene el coaching?
- Permite conocer tus fortalezas y debilidades.
- Motiva a lograr tus objetivos a mediano y largo plazo.
- Ayuda a mejorar tus relaciones de trabajo.
- Ayuda a mayor adaptabilidad ante momentos de cambio.
- Permite mayor gestión de tu tiempo.
Además de estas ventajas, el coaching se basa en tres pilares que le permiten a los líderes empresariales tomar las riendas de nuevos emprendimientos:
- La toma de conciencia, la autocreencia y la responsabilidad; teniendo en cuenta que el líder coach debe tomar conciencia de qué está ocurriendo.
- Mantener la motivación y autoestima suficientes para lograr sus sueños.
- Y ser el responsable de lo que hace tanto para bien como para mal.
De cierta forma, gracias al coaching puedes afrontar diversas situaciones de forma diferente, mejorar las comunicaciones que mantienes y profundizar en ti mismo.
Ahora bien, cuando se aplica esta disciplina a los nuevos modelos de liderazgo empresarial, se habla incluso de nuevos modelos y esquemas del siglo XXI.
Pero el mundo empresarial se enfrenta a la lucha de aferrarse al viejo modelo de liderazgo, el cual está basado en un rol de guiador –director del subalterno–, el cual no resulta efectivo con una generación de colaboradores más educados y con crecientes demandas de participación en roles más protagónicos.
Gracias a la expansión profesional y al desarrollo de los talentos a través del coach; el futuro de la gestión de empresas pasa por adoptar modelos de liderazgo participativo, es decir, los que se caracterizan por escuchar, orientar y acompañar a los grupos de trabajo en sus distintas obligaciones, funciones, objetivos y expectativas.
¿Qué tipo de persona propone el coaching?
Las demandas del mundo actual requieren el desarrollo de un líder más habilitador, empoderador, capacitador y facilitador, que sea capaz de crear equipos de trabajo alineados y comprometidos con la visión organizacional, y que contribuya al desarrollo del potencial de las personas.
¿Cómo el coaching logra imponerse como modelo de liderazgo empresarial?
Existen varias herramientas y metodologías que posicionan al coaching como una disciplina que facilita el liderazgo. ¿Cuáles son algunas de ellas?
- Facilitación de la autogestión.
- Autonomía.
- Autoconfianza.
- Autoaprendizaje y el autodesarrollo de cada uno de los integrantes del equipo de trabajo.
A pesar de las nuevas formas de emprendimiento, hay espacios donde aún sobrevive el modelo del gerente capataz/patrón.
Cuando el liderazgo principal de la gerencia es la autoridad formal, y las relaciones se construyen desde la separación del hacer y el saber, la importancia de nuestras competencias conversacionales se minimiza.
Es allí cuando el coaching entra en acción y sirve como herramienta fundamental para lograr los objetivos del emprendimiento y las nuevas formas de liderazgo. Bajo la perspectiva del coaching no solo importan los resultados, sino también el aprendizaje organizacional.
¿Por qué el coaching puede influir en el cambio del modelo de desarrollo de las empresas?
A pesar de que los modelos de gestión heredados de la revolución industrial son evidentemente inviables en las nuevas eras de liderazgo y las exigencias de este siglo XXI, muchos líderes y gerentes se resisten a un cambio en el modelo de gestión organizacional, tal vez por costumbre –educación y formación recibida–.
¿Por qué ocurre esto? Por temor a perder el control, falta de habilidad y competencia para gestionar bajo un modelo más centrado en el empleado que en el líder, entre otros factores.
Las organizaciones exitosas serán las que estén en constante aprendizaje, a través del desarrollo de la autotransformarción, y que aumenten la capacidad de despliegue y acción efectiva, de manera individual y organizacional.
El objetivo que persigue el liderazgo a través del coaching es empoderar a los colaboradores, lo cual implica delegar poder y generar responsabilidad, en vez de controlar.